ESPARTO EN EL MONTE

El esparto o atocha (en botánica, stipa tenacissima), es una planta de la familia de las gramíneas, de gran porte, muy robusta, de hojas estrechas y muy tenaces. Se cría en los matorrales aclarados de las zonas inferiores y de media montaña, sobre materiales de naturaleza caliza. A veces forma comunidades relativamente densas que reciben el nombre de espartal, espartizal o atochar, que se engloba dentro del paisaje estepario. Se trata de una formación vegetal autóctona, propia del clima mediterráneo, que dentro de Europa tiene sus mejores representaciones en el Sureste semiárido ibérico. El esparto ha sido usado desde tiempos muy antiguos como materia textil. Tierras de esparto de Cieza. Tierras de grandes espartizales que se extienden por montes y campos de su término municipal, con nombres tan entrañables y conocidos por los esparteros: Sierra de Ascoy, Sierra de Benís, Sierra Larga, el Carrizalejo, el Majariego, el Picarcho, la Torca, Lomas del Calvo, Sierra de la Cabeza del Asno, la Melera, la Serreta, los Losares, los Cabezos Negros, el Almorchón, Sierra del Lloro, el Morrón…

EL ARRANQUE DEL ESPARTO

El espartero, o arrancador de esparto, provisto de un pequeño instrumento, generalmente de hierro, llamado palillo, sujeto con una cuerda a la muñeca de su brazo, pone el pie sobre la atocha, coge un manojo de hojas de esparto, las enrolla en el palillo y tira de ellas con las dos manos para arrancarlas de un fuerte tirón.

TENDIDA DEL ESPARTO EN EL MONTE

(1ª desecación del esparto) En tiempos pasados, el espartero acarreaba sobre su espalda los haces de esparto arrancado hasta la tendía, que era el lugar del monte donde se pesaba en una romana, y luego se colocaba extendido en el suelo para que se secara. Sometido a los efectos del sol y del aire durante veinte o treinta días, el esparto cambia el color verde por otro claro dorado, y la hoja, flexible antes de ser arrancada, va adquiriendo una notable dureza.

ESPARTO CRUDO Y SECO DEL MONTE

Cuando el esparto adquiere un color amarillo huevo, se puede considerar terminada la tendía. Entonces el esparto es atado en bultos que tienen un peso medio de unos 12 kilos para facilitar su transporte posterior a los almacenes (si el esparto va a ser trabajado en crudo) o a las balsas de agua (cuando se destina a ser picado). .Al esparto atado y secado en el monte se le denomina esparto crudo y seco del monte.

CAPACHOS / COFINES

El capacho, llamado también cofín, es una manufactura de esparto circular de tejido apretado que termina en una cobija o vuelta. Los capachos se confeccionaban tradicionalmente con esparto crudo, es decir, sin cocer en balsa, aunque sí humedecido previamente. Se empleaban como elemento de soporte y filtrante en el prensado de oliva y uva para la extracción de aceite y mosto.

PLEITAS

Las pleitas son bandas anchas de esparto crudo y seco trenzadas a mano y de anchura variable. El esparto destinado a la pleita se trabaja humedecido, pero no se cuece en la balsa ni se pica. A partir de ella se confeccionan, cosiendo unas bandas con otras, una gran variedad de enseres de uso agrícola y doméstico, tales como cestos, capazos, seras, serones, aguaeras, esteras, baleos, persianas… .

INDUSTRIA PAPELERA

Los espartos de talla superior a los 40 centímetros se destinaban a la industria textil, pero los espartos de talla inferior, llamados papeleros, se empacaban a presión en balas cuyo peso oscilaba entre 80 y 200 kilos, para facilitar su movilización y disminuir el volumen. Así preparado, este esparto se almacenaba y de aquí se despachaba a los puertos para su embarque con destino a la industria papelera.

COCIDO O ENRIADO DEL ESPARTO EN BALSAS

El esparto se sumerge en balsas de agua para su ablandamiento. Con este proceso se consigue eliminar determinadas sustancias que forman parte de la planta y de este modo facilitar los sucesivos tratamientos posteriores que harán posible la obtención de una fibra de esparto apta para el hilado o tejido. Los lugares de cocío desprendían un fuerte y desagradable olor, debido a la descomposición de las materias orgánicas que constituyen el esparto en aguas estancadas, por eso las balsas se instalaban en las afueras de la población.

TENDIDA DEL ESPARTO COCIDO

(2ª desecación del esparto) En la balsa el esparto se mantiene cubierto por el agua de treinta a cuarenta días. Cuando el balsero considera que esparto está ya cocío, se vacía el agua de la balsa y después se saca el esparto del agua y se extiende en una tendía cercana a la balsa para que se oreé por la acción del sol y del aire. Una vez atado el esparto cocío en bultos, quedaba en disposición de ser transportado mediante carros o camiones a los almacenes de las fábricas para su posterior picao.

PICADO O MAJADO DEL ESPARTO

En la industria, el picao se llevaba a cabo extendiendo el esparto sobre unos sillares de piedra (picaeras) y sometiéndolo a la percusión de unos mazos de madera dura, grandes y pesados, accionados mecánicamente a través de un sistema de poleas, para así desprender la parte leñosa que cubre sus haces fibra. Estos mazos se agrupaban en bandas de cuatro y caían a un ritmo de unos cuarenta golpes por minuto. Las obreras picaoras, sentadas en el suelo y atendiendo cada una de ellas a dos mazos simultáneamente, debían introducir el esparto entre piedra y mazo y voltearlo con el fin de conseguir un picado parejo.

LÍAS

Las lías son trenzas de tres ramales de esparto cocido y picado, confeccionadas a mano, sobre todo por mujeres, y empleadas con diversas finalidades en la agricultura, la construcción y la alpargatería, principalmente. Se comercializaban en fardos en los que entraban varias docenas de madejas. Típica era la imagen de las mujeres en las calles y cuestas del pueblo ocupando las horas en trenzar largas e interminables lías, reunidas en vecindad, junto a las puertas de sus casas.

RASTRILLADO DEL ESPARTO

El rastrillado tiene por objeto separar los haces de fibra que integran las hojas del esparto una vez picado, despojándolas de sus partes leñosas, para su utilización en la industria textil y de cordelería. El utensilio tradicional para rastrillar de forma manual ha sido el rastrillo, constituído por un tablero fijado a la pared y armado con numerosas púas de acero dispuestas en filas alternas, con las puntas hacia arriba. El rastrillaor, de pie frente al rastrillo, introducía entre las púas el esparto a golpes, de arriba abajo, tirando de él hacia sí y peinándolo. De esta manera, a golpes y tirones sucesivos, repetidos y numerosos, lograba el rastrillado uniforme del esparto. Con el paso del tiempo desaparecieron los viejos rastrillos manuales, y el rastrillado se empezó a realizar de forma mecánica en máquinas rastrilladoras de varios tipos.

Broza / Estopa.

Durante el rastrillado se desprende borra de esparto (broza o estopa) como desperdicio o subproducto, que tenía utilidad para diversas aplicaciones, como era la cordelería basta, relleno de asiento y estropajos destinados a la limpieza doméstica, confeccionados a través de unas maquinillas elementales de tracción manual.

EL HILADO MANUAL

El movimiento de una rueda de madera accionada a brazo mediante una manivela por un menaor, generalmente un niño, se transmite a un juego de carretes donde previamente se ha enhebrado el esparto, y los hilaores, caminando de espaldas, van soltando la fibra de esparto rastrillado entre los dedos y añadiendo unas fibras a otras, forman, por torsión, los hilos de esparto de un solo cabo (filástica). Corchando estos hilos con la gavia se obtendrá diferente cordelería bien a dos cabos (filete) o bien a tres o cuatro cabos (piola). Con estos mismos cordeles torcidos a dos, tres o cuatro cabos, se forman betas o maromas, corchando estos nuevamente. Esta cordelería elaborada por los hilaores presentaba una gama variadísima de aplicaciones en agricultura, ganadería, industria del mar, minería, construcción y transporte. Finalmente, las mujeres, llamadas pelaoras, llevaban a cabo el pelado de las asperezas, picos o puntas que sobresalían de la cuerda terminada para su mejor presentación.

HILATURAS MECÁNICAS DE ESPARTO

Otro proceso industrial de transformación del esparto consiste en la fabricación mecánica de hilaturas a través de máquinas hiladoras destinadas a tal fin. Los hilos de esparto obtenidos en la hiladora y automáticamente liados en carretes, convenientemente entrecruzados luego en los telares producirán tejido de esparto (arpillera) que será empleado para la obtención de sacos y felpudos, principalmente.